ANTOLOGÍA PERSONAL

Rodrigo Jara Reyes

 

Dedicatoria:

A mis hijos que han sufrido las consecuencias de tener un padre poeta y narrador en un país remoto y pobre, sobre todo de espíritu.

 

 

DEL LIBRO INÉDITO “BARRIO HONDO” (2006)

 

NOTAS SOBRE EL PARAÍSO

Años del amor a raja tabla

a rompe huesos

infinitamente pobres y libres

con la felicidad pintada en la frente

corríamos contra el tiempo la carrera de todos

pero nos alcanzaron los días con sus sabuesos y sus tractores

y sus jornadas en los aserraderos

o en los hornos del hambre

 

Años del amor a raja tabla

a rompe huesos

amándonos en los rincones oscuros

¿te acuerdas?

La lluvia caía sobre nuestras espaldas desnudas

y no conocíamos la cara del frío

¿Quién la conoce a los diecisiete?

¿Quién conoce puertas cerradas y alas truncas?

Ven a tomar mi mano que no te ha olvidado

acompáñame a visitar las calles de la rebelión y el desamparo

acompáñame a reconquistar el mellado paraíso. 

 

LO QUE LLUEVE CUANDO  LLUEVE

Ya no llueve paciencia

ni lentos pasos de los siglos

ni quebradas como velos hacia la pradera

No llueve sobre ponchos ni mantas de castilla

y menos sobre jinetes que marchan al amanecer

Ahora llueve una soledad sin fondo

que ahoga estadios repletos

que barre ciudades indefensas

Ahora las poblaciones marginales

se anegan y las cloacas abonan

jardines inexistentes

Ahora llueven pasos monótonos

gotas abundantes de sequía

funerales sin oraciones y sin deudos

Ahora llueven caseríos pegoteados

a los pueblos / donde duermen a saltos

las hordas tristes del cansancio

 

LA CASA DEL POETA MUERTO

1)

Se derritió sobre si misma

formando figuras como sueños

que sólo los niños perdidos o muertos

pueden descifrar

A veces los borrachos de oficio

ven al poeta desnudo

encanecido y transparente

Prostitutas o fantasmas de prostitutas

lo abrazan

lo miman

curan los dolores de la muerte

las heridas del fuego redentor

 

2)

Las beatas eternas del barrio

arrojan flores en la puerta

como quien tira un anónimo

o una carta de cobranza

Encienden cirios y piden por el alma

desquiciada del poeta

por su imaginación sucia

delirante

por su cuerpo golpeado por la lujuria

Piden por sí mismas

por la escupidera de sus corazones

por la decepción de no haberlo conocido

ni haberse dejado conocer

 

3)

La casa del poeta sin nombre

luce muros transparentes

se ve la historia sucia de la cuadra

pequeños crímenes de barrio

perdidos en la desmemoria del mundo

el niño de ésta con el marido de aquella

el robo de gallinas por hambre y venganza

la vecina muerta en la desidia

de dos hijos paridos como a lobos

En la última choza del callejón “Las ánimas”

el velorio al asaltante de caminos

apuñalado por la mano filosa de la traición

 

Tras las grietas caladas por el tiempo

se pierden los cuentos transparentes del vino

el amor dulce de dos homosexuales

que se reconocen en terreno baldío

y se aman / se aman / como flores abiertas al sol

o la historia de dos amigos inseparables

que compartieron casa / mujer / trago

y la muerte que los sorprendió una noche

                                              /de allanamientos

La hermosa locura de don Pepe anarquista

recibió su herencia y la repartió

como granos al buche de sus amigos

Dicen que murió solo

que de su tumba se desprenden voces

como gritos

como alas                                          

hacia los campos de Andalucía

 

4)

En los muros de la imaginación

levantó los árboles sin gracia del barrio

las veredas con sus asientos y sus vecinos

a la espera del milagro multiplicador de los panes

Dibujó borrachos adivinando esquinas borrosas

soplones sin culpa

que apagaron las velas del régimen

ladrones pobres

que roban a los pobres

En patios mucho más antiguos

que la ciudad misma

pintó mujeres tendiendo las banderas de sus ropas

después de conocer la derrota en el amor

o luego de un desastre de la naturaleza

Más allá / tras los álamos veloces

los niños amenazados por el tiempo

patean la pelota de la infancia

justo a la hora del calor

a la hora en que las casas

los habitantes de las casas  

los quiltros / las moscas

y hasta los árboles / duermen la siesta

 

NADIE SUPO

Murió la vieja Aurelia y nadie supo

no vinieron los hijos derramados por el mundo

tampoco esos vecinos católicos e hipócritas

No hubo velatorio ni cascada de lágrimas

Se derritió su cuerpo por las tardes

calientes de octubre / Alguien dijo:

venía del sur

traía el rostro gastado por la lluvia

y una risa de pájaro

que sonaba cual escupitajo al rostro de la urbe

Dicen que los ruidos metropolitanos

le acallaron palabras y trinos

aunque seguía escuchando en su memoria

las mismas rancheras y el mismo radio-teatro

de hace treinta años

 

Solía alumbrarse con la luna llena

regar un jardín con flores de ajo      

ajíes y cebollas

Recogía los desperdicios de otros

y los niños le arrojaban piedras al paso

como a los perros con tiña

La vejez cortó los puentes colgantes

                                               /de su historia

puentes que guardaron pies descalzos

trenzas dulces de la niñez

 

Murió la vieja Aurelia y nadie supo

nadie quiso saber

que la devoraban los gusanos de octubre

 

MEDIA NOCHE EN EL THALIA

Voces que se doblan y desdoblan

imitando las acrobacias del humo

perdido en la boca de los perdidos

Mesas que no soportan las botellas

ni los codos tambaleantes de los borrachos

La barra profunda del Thalia

florece como cementerio el primero de noviembre

Hombres con todos los colores en la piel

con todas las edades en el rostro

con todo el peso de la vida en los cabellos

Hombres hipnotizados por el sonido

de botellas que se destapan

copas que se encuentran

cumbias navegando el aire

y marcando el ritmo sucio

el ritmo oculto y sin fondo de la noche

 

REFLEJOS DE ANTAÑO

El espejo del dormitorio

a pesar de años y muertes

todavía refleja el rostro de la abuela  

 

TEJEDORAS

Un patio hondo

Detrás de los adobes

las higueras tejen sueños

 

DETRÁS DE LA PUERTA

Ese rincón en penumbras

aún retiene el sabor lechoso

del primer beso

 

PISADA EN EL AIRE

La brisa es el tenue soplo

que deja el tiempo cuando pasa

 

FRAGANCIA

Pasó el amor

de aquel tiempo nos queda

sólo una fragancia

 

EL TONTO ALEJO

Nunca estuvo aquí

no existió su cara anónima

ni aquel sombrero doblado por la lluvia

ni su barba a medio pelar

ni esos ojillos como uvas atascadas

al cuello de un embudo

Soñé que una madre sin rostro lo abandonó

a crecer como planta silvestre

prendada al terruño de la casa grande

Nunca encendió braceros al amanecer

ni lustró zapatos desagradecidos

ni cargó las carretas del agravio

ni cepilló los caballos

ni a los caballeros dueños de los caballos

No tenía nombre y ni siquiera su cara

enrojecida por el agua ardiente

por cierta vergüenza de estar vivo

le perteneció

Ni siquiera la muerte cirrótica

ni el funeral vacío

ni la familia postiza y ausente

ni la lluvia que imitó a las lágrimas

reconocieron su cara

 

 

CANCIÓN DEL ORIGEN

Anochece sobre  tejados y olmos     

sobre las antiguas calles

y los primeros habitantes       

Los viejos sacan sus sillas y sus cuerpos

sentados con la fresca      

Hoy me pareció oír a los niños

silbar una canción a los vecinos ancestrales       

pero el ruido era tan feroz             

que se comió la melodía tenue del silbo

 

 

LAS MUJERES DE CALLE BALMACEDA

                                   (A mi abuela, que vivió cien años) 

 

Las niñas de Balmaceda

no arrullan muñecas Barby

no promocionan pañales de papel

ni van a la catedral los sábados

a compartir la hostia de los ricos

Mecen a sus hermanos

tejen coronas con ramas de sauce

y son inmensamente felices

tanto / tanto /que se olvidan del hambre y del olvido

Las muchachas de Balmaceda

se casan en abril

con hombres que conocieron en marzo

hombres de manos ásperas

que las doblan en edad y en tristeza

Las mujeres de Balmaceda

crían hijos en el polvo y para el polvo

crían los suyos

los de otras

y los lanzan

como plumas al río

que va a ninguna parte

Aman a hombres de piedra

aman como van al mercado / en bicicleta

y luego envejecen alrededor del brasero

cebando mates al anochecer

mates que humedecen e iluminan

las historias simples de la cuadra

No conocen los espejos

se peinan con esqueletos de pescado

y lloran / lloran / lloran

Sus lágrimas refrescantes

renuevan los surcos resecos de la cara

No saben de letras

de  filosofía ni de liberación

se queman las pestañas zurciendo calcetines

son especialistas en química de ollas

y Mesías / para repartir un plato vacío

entre veinte chiquillos hambrientos

 

 

EL ABUELO PANCHO

1)

Bailaba tango en casas alegres   

Pícaro el viejo     

les pellizcó el traste a las golondrinas en flor     

Dicen que ganó un campeonato de milonga

y se dio a beber una semana entera        

que le sobraba tristeza en las pupilas

y pasaba tardes y tardes               

oteando el horizonte amargo

 

2)

Nadó en barriles de aguardiente     

apostó el dinero de la sobre-vivencia

en carreras de caballos imaginarios    

Se batió a tiros con los gitanos

y cayó de bruces a la leyenda   

Acaso leyenda y memoria sean lo mismo     

una nebulosa que a ratos

se confunde con el olvido

 

3)

Sabemos de su bondad a toda prueba   

los dulces bajo el poncho 

para niños que no tuvo     

Los que sufrimos su partida

guardamos ciertas joyas     

palabras o piedras lanzadas al río

dos o tres visitas fantasmales

acaso un chispazo de memoria

en la noche tibia del olvido

 

4)

Se movía lento por los callejones

conservaba el tranco de los caballos    

sobre una ciudad antigua

desaparecida

Bebía para quitarse los plomos del espíritu     

para huir de las misiones incumplidas     

para olvidar que nunca pudo sentarse

a la mesa perfecta de su padre      

 

 

LOS TRES ÁRBOLES

¿Qué tenían esas acacias

que albergaron el amor secreto de tantos?      

¿El íntimo espacio creado con su presencia        

o el muro de adobe con tejas en lo alto?       

¿Acaso las tejas protegen a los amantes

de los ojos de Dios?          

Cuarenta años encontrándonos

a la sombra de los tres árboles      

Sentí un dolor de espinas en el corazón

al ver las máquinas del municipio          

cortar la posibilidad de tantos orgasmos

 

 

NOSOTROS LOS PEORES

Los que aplanamos calles jugando a la pelota

y fuimos amigos a morir

los que rompíamos vidrios a los vecinos cuicos

y espiábamos a las muchachas púdicas

los que instauramos la competencia de pajas

premio a quien escupe más lejos

Nosotros  /  los cómplices

los que luchamos contra el código

y sus dragones custodios

los que hicimos en plena noche nuestra alianza

en contra del demonio de la virtud

Nosotros / los peores

los que sembramos las calles de bellas

barricadas sin cara

los que vomitamos nuestra adolescencia

como tiros o flores de pólvora y acero

los que amamos la libertad extrema

nos quitamos la niñez cual pijama sucio

y ahora somos hombres de bien

La vida nos ganó el quien vive

la muy puta

 

sacó los triunfos de la manga

las palomas del sombrero imaginario

o lo que fuere

y aquí estamos emperifollados y viejos

nos latean las trifulcas estudiantiles

y la rebeldía de los hijos

nos escupe a la cara nuestros mejores años

 

LOS QUE FUERON

¿Dónde están los ingenuos insectos voraces?

¿Dónde esa fe de fraile loco y el riesgo a muerte?

¿Dónde  están las ganas de hundirse en la noche

de un cementerio abandonado?

¿Acaso revoloteando por una casa infinita

como toda casa que recoge a la infancia

o en el purgatorio de los instantes

donde los recuerdos se visten para el olvido?

 

 

DEL LIBRO INÉDITO “PIEDRA ERÓTICA” (2004)

 

RAÍCES DEL AMOR

Debajo del asfalto sin estrellas

el vasto futuro nos esperaba

No supimos leerlo desde nuestra burbuja

Se nos metió el mercado entre las ropas

y quedamos con ese olor al hueso de la piel

Quisimos medir los contornos del viento

tasar la esperanza en moneda común

pero las raíces del amor

rompen muros de acero

se cuelan por tragaluces

por los cerrojos del día

y los amantes que habitaban en nosotros

explotaron en chorros de líquido amoroso

limpiaron con sangre

las calles untadas de hollín

alimentaron caseríos de fuego

y avenidas de fuego

con su carne.

 

 

TORRENTE INVENCIBLE

Hacer planes contigo de contra parte

como si pudiésemos decidir

contrariando a las fuerzas cósmicas del trabajo

Tomarnos de la mano y en vana libertad

domesticar a los potros del azar indomable

Pasearnos descarados por alamedas sin asfalto

donde los árboles juegan con sus frutas y sus aves

Caminar por el aire vacío del porvenir

en rebelión contra los relojes

perdidos y luego devueltos

a las aguas del mismo  torrente invencible

 

 

CONDENSACIÓN

El amor dejó de ser halo

se condensó en ojos

en pezones que miran y no ven

en nalgas de luna

en marea

en muslos que abrazan

ahogando el ímpetu de las embestidas

 

SOPLO

Si el dorso de los párpados nos sueña

la lluvia

el calor de piel a piel

nos devuelve en soplo nuestras caricias

 

CLARIDAD IMPURA

Despertar atropellado por tu vientre.

Besar las flamas de tu espalda sin quemarse

tirándolo todo al mar vacío del morir

donde las ventanas del sueño se quiebran

y la noche mellada de los amantes

rompe en claridad impura

 

AMÉMONOS BAJO LOS PUENTES

Amémonos bajo los puentes

sobre el agua flotante de la dicha

amémonos

amémonos

sobre todo bajo los puentes sin nombre

como si los sueños fuesen todavía posibles

como si el agua fuese la materia prima del sueño

y nosotros formásemos las dos mitades de un madero

arrastrado por el cauce

Amémonos como si no te hubieras ido

y yo tuviera tus senos envueltos

en mis manos derramadas

y tú me tomaras como el madero que siempre fui

mientras naufragabas por el mar del mundo

ese mar donde finalmente te perdiste

 

LA DIVA

Adoro la fotografía en la pared

aminora mi soledad de soltero a secas

No se si esa mirada eléctrica

me atrae de manera irresistible

o la desnudez que fluye natural

de tus caderas anchas

como el mar océano de los antiguos

Ha de ser el proceso de imaginarte

de traerte a mi lecho con el solo deseo de masturbarme

y jugar a creer que no me masturbo

a creer que estás conmigo / meciéndote

latiendo al ritmo de los días

las horas que demoro en volver a tu fotografía

burlona y pegada

como castigo / al muro de los lamentos

 

DISCURSO DEL LIBERTINO

Soy hijo de barrio pobre

casas de madera podrida y calles

como pantanos de escoria

Hijo predilecto de la miseria

aprendí a tocar música de alcantarillas

y bailé con rameras de calles sin fin

bebiendo en sus pieles de hambre y hastío

toda la sabiduría de los puertos

 

Terminé por olvidar la escuela de curas

procesiones e incienso mezclados

con la ostia de los domingos

Prefiero las babas del célebre perro de Pavlov

Dientes en punta

mi apetito caníbal

tragando sangre de hembra

sus gérmenes de liberación

 

Persigo a cabrones que cuelgan

en su corbata los billetes de más

Practico pobreza y ocio combatiente

Duermo con el sol a media tarde

y hago de la noche mi fiel concubina

Cual vampiro celeste

sobrevuelo plazas

calles negras del abandono

Voy a encontrar un puerto

raíces de muslos clandestinos

cabellos y labios que me esperan

al fondo     perdidos al fondo

de la canalla oscuridad

 

AMANTE PERFECTA

                       Con las piernas al aire, como una mujer lúbrica

                       ardiente y sudando los venenos.

                                                            Ch. Baudelaire

Va por el mundo liviana

desprendiéndose del alma así de fácil

como quien se quita un par de calzones

Es peligrosa y pelirroja

su cuerpo se traga la memoria de sus amantes

y no sólo la memoria

Les deja vagando en la estupidez

Modorra propia de los enamorados

que persiguen mariposas en la metrópolis

y terminan atropellados por la oruga

o la micro / según la jerga de turno

Para amarla

dicen los entendidos

hundámonos en la ceguera más honda

al pantano del sueño

donde habita el uno indivisible de los idiotas

 

EVASIÓN DE LA SOLEDAD

                                          Nos educaron para atrás padre

                                          Bien preparados sin imaginación

                                          Y  malos para la cama.

                                                                D. Maquieira

El hombre del abrigo lleva un edificio en los ojos

una escalera

un ascensor y una puerta con el número quince

clavado en la frente

Detrás del candado amarillo canario

la falda también amarilla

el cabello en caos primitivo

y unas medias de seda gris

El hombre empuja el tranco

no puede ganarle a su deseo

que vuela entre los pisos

transparentes

sin respetar murallas ni cerraduras

El muy fresco se mece con la amada

tiende en el lecho su carne de espíritu

y entra en la muchacha con su verga de espíritu

El hombre del abrigo con lentitud de hombre

corre a sorprender al traidor

y se queda desnudo en el vacío de su cuarto

donde nunca hubo nadie más que él

 

EL FALSO QUIJOTE

El muchacho lleva su corbata en ristre

espada que raja las hojas de las puertas

y abre los pasillos como lonjas de pan

Con su apariencia de lobo

busca carne tierna para el banquete

Añora el descanso del guerrero

del defensor de Troya asediada

y sólo trae aromas amargos de oficina

tres o cuatro billetes y el humo

compacto de mil cigarrillos

No sabe de grietas mutilando los muros

ni de puertas que abren al dorso de lo real

Busca la mujer del sueño con los ojos

amargos de lo cotidiano

Gritan las aves de carroña cuando la toma

del brazo como a las señoras de bien

le sopla al oído

le canta con mariposas y pétalos

La muchacha le dispara el precio a los ojos

y nuestro héroe tambalea             trastabilla

y cae muerto de muerte verdadera.

 

REFLEXIÓN DEL AMANTE DESPUÉS DEL AMOR

¿Qué fue de los amantes que fuimos?

¿Dónde están esas tardes de caricias y refriegas?

Ahora que lo pienso / después del desayuno

gastamos todos los besos y las posturas posibles

Se mojaron nuestros petardos con la humedad de las disputas

Palabrotas que de lado a lado

atraviesan nuestra historia

Ese amor por lo práctico

que te brotaba de los poros y mis sueños

como barcos a la deriva de la ciudad

Lograste lo que querías

una casa

un empleíto y dos o tres hijos

Un par de guindas en la torta de la vida

¿Qué más pedirle a los santos?

Acaso un guiño desde la eternidad

Te acusarían de tráfico de influencias

eso que tu sabes pasar por debajo de la puerta

sin que nadie lo note

Amor

perdóname por destapar la olla de otro tiempo

no te olvides de mi afán memorístico

y de esta costumbre de escribirlo todo

Eres un error de la naturaleza

me decías con dulzura y no te faltaba razón

tampoco te sobraba

Siempre supe que arrastro fallas de fábrica

la neurona del cinismo / por ejemplo

Dios se olvidó de ponérmela

o la guardó para los guardianes de los templos

A cada uno lo que necesita

¿no te parece?

 

 

 

DEL LIBRO “DE LA MEMORIA AL FÉNIX” (2000)

 

DESCUBRIMIENTO

Qué tempestad es esta, me pregunto.

Qué zumbido de rebaños remotos nos reclama.

Ese sonido seco de los cerros, mi sonido.

Esa resistencia de plantas desérticas, la mía.

Soy piedra que apretadamente aparece

Sólo para tus ojos, que son ojos entrañables

Sólo para tu beso silencioso y cargado de duda.

Sé que la piedra no sabe de besos

sé que la piedra no sabe del hombre

de sus tempestades interiores

de sus cuerpos combustibles

un día recién encendidos

otro día cegados para siempre.

 

Adivino con sorpresa, tu sangre en movimiento

adivino tu muslo en vez de la luna

y esa arboladura subterránea

y esa ventolera que no cede

y ese estremecimiento que al fundirnos

nos estremece.

 

EL BAR

A esta hora en que no consigo el rigor de las manos y las cosas huyen, evaporadas de cuerpos contiguos. A esta hora las aspas de las luces son garfios que atrapan, cercenan mis rodillas. Y escucho el quebrar, siento el doler de los huesos de todos, las muecas de todos y mi dolor sin forma, dibujado en los vagos muros del bar.

Miro de frente al que me mira y descubro el rostro del miedo en el espejo ¿Cuántas veces, cuántas mañanas lo he tenido allí, cristal contra cristal, en ecuación perfecta?¿Cuántas veces, cuántas noches innumerables lo he tenido allí, cristal contra revólver, en la hora previa del fuego? Sin embargo, prefiero la música lejana, la noche embotellada entre hielos que se derriten al calor de la vida.

Ya en la madrugada, cuando las murallas inmateriales desisten y las muchachas regresan a sus cuarteles celestes, gusto de nadar a ciegas en la negrura que derrite las calles, sus árboles y sus puentes. Nadar sin compasión por el cansancio, explorar las orillas de esta copa en que cabe todo el mundo. Nadar afiebradamente y sentarse a temblar, como el feto que late predice, que su primera muerte será un alumbramiento.

 

DEL LIBRO “EN LOS CAUDALES DE LA MEMORIA”,1997

 

ENEMIGO CÓSMICO

Mi enemigo no tiene brazos

ni manos escamosas

ni cuerpo objetivo

Se disfraza

puebla mi mesa de manjares

deambula por libros y periódicos

se instala en mis zapatos

en mi camisa importada

Monstruo ambiguo

multiforme

 

Obsoleto quedó mi heroísmo de barricada

mi desayuno frugal

mi abstinencia de computadores

mi metralla de palabras

mi piedra veloz

seducida en amables negociaciones

Sólo resta disolverse en impotencias oscuras

dejarse envejecer y morir en alguna plaza

sin palomas ni regresos

 

BOYERUCA

Sombra de pescadores petrificados

y sus naves desiertas

y sus redes del abandono

Pasan hombres fríos

con manos frías y huesos fríos

Niebla

polvo de conchas soportando la mañana

almas ciegas de ciegos aborígenes

desaparecidos

Me hundo en tus callejones Boyeruca

como los mariscadores

hunden sus vidas en los roqueríos